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¿Cómo iniciar una conversación con un desconocido?

Es lunes a primera hora y ya estás esperando al metro, como siempre, abarrotado.

Miras el reloj, miras el túnel, pero sobre todo miras el móvil. Abres Instagram y, mientras haces scroll, aparece en la lupa una chica guapísima, una influencer.

Te detienes un momento. Está en una terraza espectacular, con lámparas de diseño blanco y vistas a un mar cristalino. Piensas: “Qué sitio más bonito, y yo aquí, sin vacaciones y apretujado en este metro.”

Entonces te fijas en los detalles. Junto a ella, en su copa de vino, se refleja algo. Una silueta. Hay alguien etiquetado. Pinchas.

Te lleva a una cuenta con muy pocos seguidores. Nada que ver con los miles, o quizá millones, de la chica. Deslizas las fotos para curiosear. Es un chico. Normal. Sencillo. Sin más.

Pero algo no cuadra. “¿Será su novio?” La idea te choca y te ríes para tus adentros. “Nah, imposible. Será un amigo, el que le hace las fotos para los modelitos y carga con las maletas en los viajes.”

Ya te has imaginado que ella debe estar con un novio nórdico, modelo de Burberry y con una cuenta bancaria más grande que el mar de su foto.

Sigues deslizando más rápido que pasan las paradas. Y ahí está: efectivamente, el chico es su novio. No te lo puedes creer. Flipas en colores.

Pero no tienes tiempo para asimilarlo. El metro llega a tu parada y no es plan de pasarte y llegar tarde. Guardas el móvil y subes las escaleras a toda prisa.

Mientras caminas, vuelves a pensar en eso. No te puedes quedar con la duda. Tomas una captura de la foto del chico y la envías al grupo de tus amigos.

“¿Os podéis creer que este tío está con [inserta el nombre de la influencer con la vida perfecta]?!”

Pasan unos minutos y empiezan a llegar las respuestas. Todos opinan. Todos flipan. Todos sacan teorías.

Pero al final, el gran misterio queda sin resolver: ¿cómo ha llegado a ser su pareja?

Mira.

Las personas encantadoras y atractivas, siguen, de manera inconsciente, 4 elementos básicos:

¿Alguna vez te has dado cuenta de cómo a veces terminas hablando con alguien e incluso haciéndote amigo, solo porque os habéis cruzado varias veces por la calle?

Situaciones similares ocurren durante el café, en los descansos de la oficina, paseando al perro, en misa, en la biblioteca, en el gimnasio, en el ascensor…

A esto se le llama frecuencia, y se refiere a la cantidad de veces que interactúas con otra persona.

Cuanto más frecuentes sean las interacciones, mayor será la oportunidad de establecer una conexión más profunda y personal.

Cuanto más vemos a alguien, más familiar nos resulta, y esto hace que nos sintamos más cómodos a su alrededor.

Vernos más a menudo nos da más oportunidades para compartir experiencias y fortalecer nuestra conexión. Cuantos más momentos pasamos juntos, más fácil es crear recuerdos mejoran la amistad.

¿Alguna vez te has preguntado cuántas parejas en tu grupo de amigos empezaron a salir solo porque se sentaban juntos en el instituto?

Estar cerca de alguien te permite verlo y hablar con él más a menudo, haciéndolo más familiar para ti. Este contacto frecuente hace que las conversaciones surjan de manera natural, creando una relación más cómoda y abierta.

Este concepto se llama proximidad y se basa en la idea de que, cuanto más cerca estás de alguien o más fácil es acceder a él, más probable es que se desarrolle una amistad.

¿Alguna vez te has preguntado cómo es posible que haya parejas tan distintas y con opiniones tan diferentes y aún así sigan juntos?

En general, estas parejas suelen tener varios años de relación. Con el tiempo, las personas se sienten más cómodas siendo abiertas y vulnerables en sus amistades y relaciones.

Las relaciones que duran mucho permiten que la confianza crezca poco a poco, y los amigos que han compartido muchas experiencias juntos fortalecen su vínculo.

La duración es un aspecto clave, ya que cuanto más tiempo hayas conocido a una persona y mantenido una relación, más probable es que esa relación se convierta en una amistad sólida y duradera.

¿Cuántas veces te has preguntado cómo es que algunas personas pueden hablar durante horas la primera vez que se conocen?

Las conversaciones van más allá de lo cotidiano y superficial.

Significa hablar de temas personales, compartir emociones, miedos y preocupaciones, abrirse sobre pensamientos y sentimientos que normalmente no compartirías con cualquiera.

Este tipo de interacción fortalece la conexión emocional y fomenta la confianza mutua.

La intensidad en una relación no se mide solo por la cantidad de tiempo que pasas con alguien, sino por la calidad de ese tiempo y la profundidad de las experiencias y conversaciones compartidas.

No es lo mismo coincidir en momentos estresantes (en un hospital, tanatorio) como en momentos de ocio o relajación (viajes, festivales).

Estas experiencias crean recuerdos duraderos, y se convierten en la base de una amistad fuerte, creando un sentido de unión y complicidad.

Resumiendo, la fórmula de la amistad sería:

Amistad = Frecuencia + Proximidad + Duración + Intensidad

Este concepto lo descubrí leyendo el libro de un ex agente del FBI, Jack Schafer, y su compañero Marvin Karlins:

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Recomiendo leerlo en inglés, pero si lo prefieres en español, también está.

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